jueves, 22 de marzo de 2012

Tauromaquia.

Esta mañana han salido varios #tuitopina promocionados por @elmundoes relacionados con este tema. Leyéndolos no he podido evitar ponerme de mala leche. Francamente, a mi no me entra en la cabeza como puede haber gente que defienda la tauromaquia.

Como buena soriana que soy, a mi me gustan las fiestas de San Juan (léase que se le podría llamar la fiesta del toro). Me gusta la compra, me gusta la saca, me gustan las vaquillas... pero no me gustan los toros. A mi manera de verlos, las corridas de toros son un espectáculo cruel en donde los espectadores se regodean con el sacrificio de un animal.
Evidentemente, haciendo uso de razón, en el siglo en el que estamos, la cantidad de animales que nacen y son criados con fines humanos son innumerables, no en vano todos comemos carne de vacuno, de cerdo, de cordero... Hay animales que desde su nacimiento están destinados a acabar en un matadero, nos guste o no, la raza humana somos así, y necesitamos alimentarnos, el mundo ha cambiado y ya no salimos de caza, lo hacemos todo de manera industrial.
Sin embargo, yo creo que las corridas de toros son algo muy distinto. De acuerdo, una vaca termina siendo matada, y evidentemente, sufre en ese proceso, pero la cuestión del toro en estas corridas va más allá. Es un acto de vejación hacia el animal. Desde el mismo momento en que pisa la plaza lo hace para que los humanos lo humillen y se regodeen ante su poder y superioridad ante un animal tan peligroso y con armas tan letales como sus cuernos. No estoy puesta en la historia de la tauromaquia, pero apostaría a que en sus inicios el ritual se hacía precisamente por esa misma razón, para demostrar la superioridad humana, al fin y al cabo, es esta raza la única que se regodea y presume de su supuesta superioridad.
Además de todo esto, el toro no solo es humillado por los espectadores cuando el torero juega con él, es obligado a sufrir. Nunca tendrá una muerte rápida y lo menos dolorosa posible, será machacado con banderillas y obligado a seguir con su espectáculo a pesar de estar sangrando, con el consiguiente agotamiento que esto produce. Y si el toro debido a esto no embiste, el público además, lo abuchea.
Quienes van a una corrida de toros no van a ver las florituras de un tío con un capote frente a un animal con cuernos, van a ver como el animal sufre, a regodearse con su sufrimiento. Si no, como es evidente, estarían de acuerdo en la modificación de esta pésima tradición, adaptándola al mundo en el que ahora vivimos y evitando ese sufrimiento al animal.

Los defensores de la tauromaquia se respaldan en argumentos como que es "una tradición española", "parte de nuestra cultura" o incluso "arte". ¿Cómo puede ser contemplar el sufrimiento un arte?
En la parte de la tradición estamos de acuerdo, pero eso no quiere decir que haya que preservarla más allá de los libros de historia. Si de tradiciones se trata, ¿no era una tradición la esclavitud? ¿porqué no volver entonces a este sistema de castas? Teniendo en cuenta que es mayor la población de clase media o baja que la de clase alta, no creo que les hiciese ninguna gracia tener que convertirse en esclavos.
¿No era una tradición el sufragio exclusivamente masculino? ¿No era una tradición que un marido pudiese hacer con su esposa lo que quisiera? Estamos luchando por la igualdad entre sexos, basándonos en que el mundo cambia, evoluciona, y que tenemos que adaptarnos a los nuevos tiempos, ¿pero es que eso solo lo hacemos en lo que nos interesa? Puesto que era tradición, ¿qué sentido tienen las condenas por violencia doméstica? Dejemos que el garrulo de turno muela a palos a su señora, que para eso era una tradición.
¿No era una tradición española que los hijos hicieran la mili? ¿Pues a qué estamos esperando todos para mandar a todos nuestros hombres, quieran o no, al servicio militar?
¿No fue una tradición la libertad de expresión, la persecución a los homosexuales, el toque de queda, la ley seca, el nacismo, el fascismo, las guerras, los campos de concentración, los genocidios...?
¿No era tradición mandar a las hijas a conventos? ¿No eran tradición las peleas de perros? ¿No era tradición arreglar las cosas a balazos?
Si de tradiciones se trata, volvamos a ellas. A ver en que termina el mundo que hoy conocemos.

La tecnología, los avances, las nuevas leyes, están todas inventadas para evolucionar. Las tradiciones deben quedarse precisamente en los libros de historia, con todos esas etapas pésimas del hombre humano y sus crueldades. Si queremos preservar tradiciones, preservemos más bailes, más comidas, más refranes, más cantares, más fiestas o trajes populares, no aquellas que hablan de lo garrulos que somos raza, no aquellas que implican el sufrimiento, burla o vejación de otro ser vivo.

A mi desde luego, las corridas de toros no me parecen algo ético ni de lejos. Nadie está hablando aquí de que las prohíban, ojo, que ya nos conocemos, estamos hablando de la crueldad hacia un animal, algo que se mire como se mire no se puede negar de ninguna manera en esta "tradición". ¿Quieren corridas de toros? Que las hagan sin hacer sufrir al animal, que se dediquen a ver las florituras de un tío con un capote y no a ver como un toro sufre, o cambiemos al sujeto y clavemosle banderillas a un humano, a ver a cuantos de esos que defienden la crueldad en el toro les parece propio hacérselo a un hombre.

Para los que no se haya enterado, el hombre es también un animal. Con sus características, pero sufre, siente y padece como un animal.

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